La Cura termal apunta al Sergas
Una comisión formada por responsables de Sanidade y médicos de la Asociación de Balnearios de Galicia llevan dos años preparando la inclusión de la terapia termal en los servicios del Sergas. Según explica Antonio Freire, director médico del balneario lucense de Augas Santas y miembro de la comisión, se trabaja en la entrada, inicialmente, «de problemas reumáticos y respiratorios». Entre los primeros, «lumbalgia crónica y enfermedades degenerativas». Entre los segundos, «bronquitis crónica y enfermedad pulmonar obstructiva crónica».
«Hemos cogido las patologías más comunes y más claras, pero una vez que la terapia termal entre en el Sergas será más fácil ampliar», explica. Añade que la cura balnearia entraría «a través de la sanidad pública o por copago, como los medicamentos», que parece «lo más probable». Cada vez son más «los médicos de atención primaria que recomiendan los balnearios a sus pacientes», añade.
Freire recuerda que en Alemania, Francia o Italia están dadas de alta «numerosas patologías» y que el Imserso cifra «en un 40 %» la reducción del gasto farmacéutico de los enfermos «durante los cinco meses posteriores a una cura termal».
Pero los problemas reumáticos y respiratorios no son los únicos que se pueden tratar en los 21 balnearios de Galicia, que es la primera potencia termal de España. Guitiriz, por ejemplo, cuenta con una unidad de cuidados para supervivientes de cáncer, con un ambicioso programa integral. Al frente, Salvador Ramos, que precisa que el cáncer, obviamente, no se cura en los balnearios, pero estos pueden «mejorar la calidad de vida» de personas a tratamiento o «reducir la severidad» de los efectos secundarios. Ramos ofrece este llamativo dato: «Entre un 30 y un 40 % de los pacientes oncológicos recurren a medicinas alternativas a lo largo de su enfermedad», como complemento a su tratamiento.
Contra un «agresivo» cáncer de mama con metástasis lucha desde 1997 la lucense Feli Yáñez. Quimio, biofosfatos, hormonas, ensayos clínicos, varios médicos… Al final, su oncólogo la mandó al balneario, y le cambió la vida. Llegó en febrero, muy fatigada, porque «solo veía la cama y el momento de dormir», admite. La primera semana estuvo ingresada. Después, drenaje linfático, ejercicio físico en la piscina y… comenzó el milagro. «Hago vida normal, he logrado volver a comer, el cambio es enorme…».
Desde su ejemplo de superación personal, Feli reclama «la entrada de esta terapia en el Sergas» cuanto antes, «porque reduce un montón el gasto médico y, sobre todo, evita mucha química a la gente que empieza un tratamiento».
Noticia La Voz de Galicia 20-5-2013
Los tratamientos termales de los 21 balnearios gallegos apuntan al Sergas